La complicidad del silencio en el abuso sexual infantil.
No hay nada más devastador para la víctima de abuso sexual infantil, que cuando finalmente decide hablar y contar lo ocurrido, (lo cual es muy difícil), a la madre o la persona a la que le tiene confianza, esperando que ésta actúe para protegerlo y le brinde seguridad, contención y/o protección, guarde silencio, no lo proteja, le pida que calle, minimice el daño y/o sea cómplice del abusador. Esto no sólo corresponde a una doble victimización, sino además, intensifica el sentimiento de indefensión, desconfianza y vulnerabilidad, y se incrementa la posibilidad de desarrollo de secuelas a corto y largo plazo, derivadas del abuso.
Dibujo de Ivanevsky El Grande
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