Fundacion RenaSer

martes, 9 de febrero de 2016

LA MADRE ¿CÓMPLICE O ENCUBRIDORA?
En general, la madre es vista como aquella mujer que “sabe” y que, por diferentes motivos, no lo dijo ni pudo impedirlo y pasa entonces a ser la encubridora o la cómplice. Las razones que podrían explicar esto serían
la dependencia económica y/o afectiva del abusador, la presión y vergüenza social, el miedo a la agresión del abusador, a que no le crean y, finalmente el no saber enfrentar la situación con su propia hija o hijo que está siendo abusado.
Se la juzga en primer lugar como aquella que “no hizo nada para evitar lo sucedido”, “lo sospechaba o lo sabía, pero no dijo nada”. Nadie puede imaginar que realmente no lo supiera y no pudiera ni remotamente sospecharlo. 
La culpabilidad de la hija, la vergüenza de lo que ocurre, el miedo al abusador, hacen que los mensajes que se emitan sean a veces tan poco perceptibles que resulta muy difícil para la madre darse cuenta de lo que
ocurre si la hija no se lo revela directamente. Por otro lado, también se debe considerar que a la madre le resulta sumamente difícil pensar que algo tan grave está ocurriendo entre su esposo o compañero y su hija. La posibilidad de una relación incestuosa resulta aterradora como difícilmente imaginable. 
Cuando las madres se enteran, la primera reacción puede ser de parálisis frente al hecho. La segunda puede ser la negación de la situación al no saber cómo enfrentarla o resolverla. Puede haber temor a la pérdida de la pareja y a la ruptura familiar. Sin embargo, en otros casos la madre es capaz de actuar y proteger a su hija utilizando recursos para asegurarse de que esta situación no continúe, como separándose, denunciando y / o expulsando al agresor del hogar. El adoptar una u otra postura depende de muchos factores, principalmente de los recursos internos de la madre, de su propia historia de vida; mujeres que han sufrido maltrato intrafamiliar o han sido abusadas sexualmente pueden tener menos recursos personales para proteger a sus hijos.
Se debe tratar de comprender la complejidad de estas situaciones que inciden en que la madre no pueda actuar efectivamente en forma protectora con sus propios hijos.

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