Fundacion RenaSer

martes, 19 de abril de 2016

En los casos de sospecha de abuso entre niños hay que tener cuidado con esto, ya que a veces, lo que hacemos los adultos a causa de nuestros miedos (lógicos) al respecto, es frustrar esta curiosidad sexual tan necesaria en los casos en los que nada ocurre, o recalcarles diferencias entre zonas corporales, pasando los niños a identificar la zona genital como algo sucio, malo, tabú, entrando en el mismo círculo enfermizo en el que ya estamos los adultos. También es importante no culpar a ningún niño. Al formar parte de su desarrollo natural, a veces un niño toca a otro sin que el otro quiera, pero su intención no es la de abusar. No son conscientes de esto. Se dan casos incluso de niños que son estigmatizados como abusadores, porque el tema no se aborda correctamente, o porque no se llega a entender que el niño no tiene esa intención. A veces hasta lo que ocurre es que esos niños estigmatizados pasan a ser las víctimas y los acosados, en el terreno social. Por eso, nuestra labor es recalcarles que es algo natural, pero siempre que los dos quieran y tengan más o menos la misma edad, y además darnos cuenta de la cantidad de veces que nosotros u otros adultos lanzamos un mensaje contradictorio al respecto invadiendo a los niños, sin dar importancia a su no, sin permitirles defender su espacio (por ejemplo obligándoles a compartir), con nuestro ejemplo si dejamos que otros adultos nos invadan o nosotros somos los invasores (no sólo en lo sexual, sino en la vida cotidiana).

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