Algunas veces el abuso se produce tengamos o no cuidado. Bastan unos minutos para que ocurra. Por eso, si sospechamos que ha podido darse, lo primero que debemos hacer es actuar con tranquilidad ante los niños e intentar averiguar qué ha pasado, siempre en un ambiente de confianza y ayudándose con juego y complicidad (y adecuando el lenguaje a la edad del niño)
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