Fundacion RenaSer

jueves, 12 de mayo de 2016

El proceso de la respuesta de una madre protectora ante el abuso sexual infantil.
Varios escritores comparan las respuestas de las madres protectoras a la revelación del abuso sexual con el proceso de duelo en el que, antes de que pueda ser aceptada la realidad traumatizante, hay un pasaje desde la negación a través del enojo y la depresión.
• Con frecuencia la reacción inicial es el shock y la negación. Esto puede ser momentáneo para algunas, mientras que otras se negarán a creer que el abuso pueda haber tenido lugar. Las madres protectoras que continúan negando pueden necesitar una considerable intervención terapéutica antes de aceptar las denuncias de sus hijos/as. Algunas madres pueden llegar a no reconocer nunca el abuso sexual, y resisten todos los esfuerzos para incluirlas en un tratamiento.
• Una vez que la realidad es aceptada, con frecuencia las madres experimentan un período de culpa y auto reproche. Muchas se recriminan por no haber visto las señales de que el abuso estaba ocurriendo o por no haber accionado cuando sospecharon por primera vez que algo estaba pasando.
• A medida que las madres protectoras observan las pérdidas y quiebre en sus vidas, puede aparecer enojo hacia el ofensor, y depresión.
• Finalmente, la aceptación de que el abuso sexual tuvo lugar permite a la madre comenzar a trabajar hacia la restauración del equilibrio dentro de la unidad familiar.
No todas las madres protectoras pueden completar el proceso. Algunas nunca atraviesan su negación. Para otras su propia depresión puede significar que no puedan ayudar a sus hijos/as.
Implicancias
• Se puede esperar una variedad de reacciones posibles por parte de las madres protectoras.
• Los operadores deberán abordar cada situación con una mente abierta que apunte a identificar el carácter de la reacción. Esto ayudará a una comprensión más efectiva de la madre protectora y facilitará el proceso de involucración.
• Durante este tiempo es importante reconocer la crisis que precipita la revelación del abuso sexual infantil para la madre protectora, y alentarla a aceptar apoyo en el trabajo hacia la construcción de una relación positiva entre ella y el/la niño/a víctima.
• Las reacciones iniciales y la respuesta de una madre protectora a la revelación del abuso sexual infantil no predice necesariamente su capacidad eventual para llevar a cabo acciones que protejan a sus hijos/as. Reconocer la respuesta de una madre protectora como un proceso en evolución similar al del duelo más que aceptar la respuesta inicial como la respuesta, puede dar lugar a que se desarrolle una relación más positiva y contenedora entre el/la niño/a y ella. Se puede requerir la intervención terapéutica para ayudar a algunas madres protectoras.
• Los psicoterapeutas tienen un rol fundamental en educar a la madre protectora, prepararla para lo que pueda sentir y ayudarla a reconocer su propio potencial para actuar en la protección de su hijo/a.

No hay comentarios:

Publicar un comentario